Tipos de Ataques DDoS: ¿cuáles son y cómo impactan?

En el mundo digital, las aplicaciones deben estar disponibles 24/7. Sin embargo, los ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) se han convertido en una amenaza constante que puede colapsar infraestructuras enteras en minutos. Cada día, los proveedores de servicios y empresas con servidores web públicos enfrentan esta clase de amenazas.

Un ataque DDoS (Distributed Denial of Service) busca inundar un servidor, aplicación o red con tráfico malicioso, generando una sobrecarga que impide el acceso a usuarios legítimos. A diferencia de un ataque DoS tradicional (de un solo origen), en un DDoS se utilizan cientos o miles de dispositivos comprometidos —bots o máquinas zombis— repartidos por todo el mundo, actuando de forma coordinada.

¿Cómo lo hacen?

Primero, el atacante necesita un ejército de dispositivos que pueda controlar. Para eso, infecta computadoras, cámaras, routers y otros equipos conectados a internet con un malware silencioso. A esa red de dispositivos controlados se le llama botnet.

Una vez lista, el atacante da la orden: “envíen miles o millones de solicitudes HTTP al mismo lugar”. Esas solicitudes pueden ser tan simples como cargar una página web, hacer clics falsos, enviar paquetes de datos o abrir conexiones sin cerrarlas. El volumen, o la cantidad de solicitudes, puede escalar rápidamente.

El servidor de destino, al ver ese volumen de tráfico, empieza a saturarse. Se queda sin capacidad para atender a los usuarios legítimos. Todo se vuelve lento, inestable, o directamente deja de funcionar. La línea entre tráfico legítimo y tráfico falso se vuelve muy fina, dificultando la mitigación.


Tipos comunes de ataques DDoS

Los ataques DDoS no son todos iguales. Se clasifican según la capa del modelo OSI que buscan saturar o vulnerar. Existen distintos vectores de ataque, cada uno con características únicas.

1. Ataques de Volumen (Volumétricos)

➤ ¿Qué hacen?

Inundan tu red o servidor con una enorme cantidad de datos o tráfico malicioso. El objetivo es dejar el canal de comunicación colapsado. Este es uno de los tipos de ataques DDoS más comunes.

➤ Consecuencias:

  • La red queda inaccesible

  • Servicios esenciales se vuelven lentos o inoperables

➤ Ejemplos:

  • UDP Flood

  • ICMP Flood (Ping flood)

  • Amplification attacks (DNS, NTP, etc.)

Este tipo de ataque consume los recursos de red con facilidad.

🧠 ¿Cómo defenderse?

Con protección de red avanzada como balanceo de carga, y soluciones de anti DDoS en la nube como F5 Silverline o Distributed Cloud WAAP. Estas herramientas permiten distinguir entre tráfico legítimo y ataques volumétricos.

2. Ataques de Protocolo (Nivel Red)

➤ ¿Qué hacen?

Aprovechan debilidades en protocolos como TCP/IP para consumir recursos de routers, firewalls o servidores.

El atacante envía paquetes diseñados para agotar las conexiones del sistema, explotando fallas en el procesamiento de paquetes a nivel bajo.

➤Consecuencias:

  • Fallos en dispositivos de red

  • Saturación de conexiones activas

  • Reinicios o caídas del sistema

➤ Ejemplos:

  • SYN Flood

  • Ping of Death

  • Smurf Attack

Estos ataques, también conocidos como ataques de protocolo, pueden usar direcciones IP de origen auténticas o IP de origen falsificadas para dificultar su trazabilidad.

🧠 ¿Cómo defenderse?

Con firewalls que analicen tráfico en capas más profundas (como los de F5 BIG-IP Advanced Firewall Manager), y capacidades de anti DDoS que identifiquen patrones de comportamiento anómalos.

3. Ataques a Nivel de Aplicación (Layer 7)

➤ ¿Qué hacen?

Parecen tráfico legítimo, pero en realidad bombardean páginas web o APIs hasta dejarlas fuera de servicio. Son difíciles de detectar porque imitan el comportamiento de usuarios legítimos.

➤ Consecuencias:

  • Altísimo consumo de CPU/RAM en servidores web

  • Caídas de aplicaciones críticas

  • Bases de datos saturadas por peticiones innecesarias

➤ Ejemplos:

  • HTTP Flood

  • Ataques a formularios, login o búsquedas

  • Bots que simulan navegación

🧠 ¿Cómo defenderse?

Con un WAF moderno como F5 Distributed Cloud WAAP, que detecta ataques silenciosos, bots avanzados, y discrimina entre tráfico legítimo y malicioso. Este tipo de solución protege aplicaciones contra los ataques DoS y DDoS más sofisticados.

4. Ataques de Slowloris

➤ ¿Qué hacen?

Envían solicitudes HTTP muy lentas, manteniendo la conexión abierta durante mucho tiempo, pero sin completarla. No necesitan gran volumen, sino persistencia.

➤ Objetivo:

Agotar la capacidad de respuesta del servidor de destino sin usar demasiado ancho de banda. Es uno de los ataques más discretos pero efectivos.

🧠 ¿Cómo defenderse?

Con WAFs inteligentes que analicen el comportamiento de las conexiones y las cierren si son anómalas. También es clave configurar límites de tiempo en las solicitudes.

5. Ataques de Botnets

➤ ¿Qué hacen?

Una botnet es una red de equipos comprometidos (PCs, cámaras IP, routers, etc.) controlados de forma remota. Pueden lanzar ataques simultáneos desde cientos o miles de ubicaciones distintas.

➤ Consecuencias:

  • Difícil rastreo y mitigación

  • Uso descontrolado de ancho de banda

  • Amenaza constante y adaptable

➤ Ejemplos:

  • Mirai

  • Mozi

  • Qbot

Estos botnets aprovechan las direcciones IP de origen falsificadas para simular una oleada de peticiones desde múltiples regiones, confundiendo los sistemas de detección tradicionales.

🧠 ¿Cómo defenderse?

Con soluciones que detecten patrones distribuidos, bloqueen direcciones IP de origen maliciosas y analicen el comportamiento del tráfico. Herramientas como F5 Bot Defense permiten identificar bots sofisticados y responder en tiempo real.


¿Por qué los ataques DDoS son tan peligrosos?

Los ataques DDoS son económicos de lanzar, pero costosos de mitigar. Incluso unos minutos de inactividad pueden generar pérdidas millonarias para los proveedores de servicios, empresas de e-commerce, plataformas educativas o entidades gubernamentales.

Además, los atacantes no siempre buscan solo detener servicios. Muchas veces, el DDoS es la cortina de humo para algo más: robo de datos, instalación de ransomware o vulneración de cuentas administrativas. Otros lo hacen por sabotaje, competencia desleal o activismo digital.

La clave está en estar preparados con soluciones robustas, sistemas de detección en tiempo real, y servicios de anti DDoS gestionados que puedan escalar según la magnitud del ataque.

¿Qué es F5 Distributed Cloud WAAP?

F5 Distributed Cloud WAAP (Web Application and API Protection) es una solución integral de seguridad en la nube diseñada para proteger aplicaciones web, APIs y servicios distribuidos contra amenazas avanzadas. Esta plataforma combina lo mejor de los firewalls de aplicaciones web (WAF), seguridad de APIs, protección contra bots y mitigación de ataques DDoS, todo en una arquitectura moderna y escalable.

Entre sus capacidades destacadas están:

  • WAF Avanzado: Detecta y bloquea ataques como inyecciones SQL, XSS y otras amenazas en la capa de aplicación.

  • Bot Defense: Identifica y mitiga tráfico automatizado malicioso, diferenciando entre bots buenos y malos.

  • Protección de APIs: Monitorea y asegura interfaces API contra abuso, filtrado de datos y ataques basados en lógica de negocio.

  • Anti-DDoS Multicapa: Defiende contra ataques volumétricos, de protocolo y de capa 7, garantizando la disponibilidad de servicios.

  • Despliegue Multicloud: Compatible con entornos híbridos y multicloud, permite aplicar políticas de seguridad coherentes en múltiples regiones y plataformas (AWS, Azure, Google Cloud, etc.).

Conclusión

Protegerse de los ataques DDoS y DoS requiere más que un firewall tradicional. Se necesitan múltiples capas de defensa, visibilidad completa del tráfico, y herramientas capaces de analizar los vectores de ataque en tiempo real. El desafío es grande, pero no imposible.

Con tecnologías como F5 Distributed Cloud WAAP, BIG-IP y Bot Defense, es posible no solo filtrar el tráfico malicioso, sino también garantizar que el tráfico legítimo llegue sin interrupciones. Porque en la era digital, proteger los servidores web es proteger la experiencia del usuario, la reputación de marca y, sobre todo, la continuidad del negocio.



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